En el marco de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones (mayo 07) todas las comunidades parroquiales elevan sus plegarias por la paz. Cierto que no sólo con oraciones habremos de transformar nuestra sociedad, pero es el fruto de una comunidad orante, unida y en acciones continuadas como podremos hacer frente a la violencia, injusticia y avaricia de nuestro tiempo actual. Orar por las vocaciones significa, apoyar a quienes buscan trabajar por la paz y quieren consagrar su vida por el bien de predicar con palabras y obras lo que Jesús nos dejó en el evangelio. Orar por las vocaciones, es también construir relaciones humanas capaces de dialogar y tender puentes con quienes se sienten solos, enfermos y abatidos. Orar, es el impulso de trabajar día con día por no perder la esperanza en Jesús, Buen Pastor, que reanima, consuela y fortalece ante toda situación. Como Iglesia seguiremos los pasos de Jesús: en oración permanente, solidarios y comprometidos con acciones sociales concretas, buscar el diálogo, la reconciliación, denunciar atrocidades en contra del amor y la humanidad, y reconstruir la unidad como signo fraterno entre la diversidad como hijos de Dios que somos. Que no nos quedemos en buenas intenciones. Cada quien podemos contribuir con su granito de arena para hacer un mundo mejor. No perder la fe y la esperanza. Oremos por la paz. Oremos por las vocaciones.