Mensaje del Presidente Enrique Peña Nieto en la Sesión Plenaria de la XXII Asamblea Nacional Ordinaria del PRI
Escrito por Redacción / Visión TamaulipasAmigas y amigos de mi partido. Me entusiasma estar aquí. Gracias amigas y amigos petroleros. CNC, CNOP, jóvenes, mujeres, gracias. Su amigo, su compañero de partido, quien tiene hoy la responsabilidad más alta, la más alta magistratura, que en política se puede tener, que es la de Presidente de la República, les saluda con cariño, con respeto, fraternalmente y siempre con todo mi agradecimiento por su entusiasmo, su solidaridad y su respaldo invariable, que ha permitido impulsar la transformación de nuestro país.
Gracias compañeros de partido. Me encuentro hoy, aquí, entre compañeros de batalla, con amigas y amigos. Y quiero, antes de todo, expresar mi respeto y mi afecto a los militantes, cuadros, dirigentes que han venido de cada una de las entidades federativas para participar en este trascendental evento. Es un privilegio encontrarme ante la rica y plural representación del PRI. Ante mujeres y hombres de lucha, líderes talentosos y comprometidos con México. Con gratitud y profundo reconocimiento, saludo a la dirigencia de nuestro partido, particularmente a su Presidente y a su Secretaria General. Agradezco la presencia de presidentes, de quienes han sido presidentes y secretarios generales de nuestro instituto político. A la Gobernadora y los Gobernadores emanados de las filas de nuestro partido. A nuestros gobernadores electos, surgidos de las filas de nuestro partido, que muy pronto habrán de encarar responsabilidad en sus estados. A los coordinadores parlamentarios del Senado de la República y de la Cámara de Diputados. A los dirigentes de los sectores, organizaciones y movimientos, pilares de nuestro partido. A integrantes del Gabinete del Gobierno de la República. Un gobierno que orgullosamente trabaja guiado por los principios de nuestro partido. Saludo a las y los legisladores federales y locales. A las y los presidentes municipales y regidores. Me emociona encontrarme con las bases priistas: las mujeres y hombres que son el rostro, la voz y el alma del PRI, en cada pueblo, en cada calle, en cada colonia. Quiero, desde ahora, pedirles lleven mi saludo cordial y afectuoso a nuestros compañeros en todo el país; a los militantes y simpatizantes del PRI en cada uno de sus estados, distritos y municipios. Me siento muy honrado, y lo quiero subrayar, porque es un verdadero privilegio estar aquí, honrado de estar entre ustedes y de ser uno de ustedes. A cada uno de los sectores del partido, le reconozco la firmeza con que defiende los intereses de sus afiliados y, al mismo tiempo, contribuyen al bienestar de nuestro país. A las mujeres priistas les doy las gracias por su entrega, por su liderazgo y la determinación que distingue su acción política. A los jóvenes, jóvenes priistas les agradezco su calidez, su recibimiento, pero, sobre todo, su energía y la vitalidad que le imprimen a todas las tareas partidistas. Gracias, juventud priista. Y de grata coincidencia que hoy se celebre el Día Internacional de la Juventud. A todos ustedes, las fuerzas vivas del PRI, les reconozco su labor y me reconozco en su quehacer. Felicidades a todos. Como militante, he tenido el honor de participar en otras Asambleas Nacionales de nuestro partido. Aquí mismo, en este imponente recinto, cuando apenas había concluido mis estudios universitarios, en septiembre de 1990, asistí aquí, recuerdo, a la 14ª Asamblea Nacional del PRI. Estaba lejos de este espacio, lejos de este presídium, así como lo están quienes están en otros espacios de este gran recinto. Pero eso no impidió recibir la inspiración y aliento, y reafirmar mi convicción partidista de trabajar por México. Fue la Asamblea que presidió Luis Donaldo Colosio. Y traigo a cuentas una cita de ese día, textualmente: Colosio convocó a todos a un partido de hombres y mujeres que, de frente a la Nación, actuemos de buena fe; un partido de la sociedad; un partido de la iniciativa social, que recoja y represente los intereses de la comunidad. Fin de la cita. Esa visión me ha acompañado desde entonces. Por años, como ustedes, apoyé las campañas de los candidatos del PRI allá, en mi estado. Hice proselitismo en favor de nuestro partido. Recorrí las calles, en busca del respaldo popular, para quienes habían sido postulados por nuestro partido, Siempre he trabajado para lograr que los ideales del PRI orienten el desarrollo de México. El 1º de julio de 2012, la sociedad mexicana renovó su confianza en nosotros y nos dio la oportunidad de regresar a la Presidencia de la República. Aquí están presentes muchos de quienes, con sus logros individuales, hicieron posible el triunfo de todo el PRI hace cinco años. Les reitero a todos, hoy y siempre, mi gratitud por su confianza, su afecto y su respaldo. Pocas organizaciones políticas en el mundo han desempeñado un papel tan importante en la construcción de instituciones en su país, como lo ha tenido el PRI en México. Una y otra vez, los gobiernos del partido de la revolución han llevado al país a su siguiente etapa de desarrollo. Primero, al institucionalizar la vida política, luego del movimiento armado, incorporando, en una organización plural, pero unida, las diversas facciones que surgieron durante el proceso revolucionario. Después, al defender al Estado mexicano, frente a amenazas externas, para afirmar la soberanía nacional y rechazar todo intento por imponer intereses extranjeros al supremo interés de la Nación. Y, al mismo tiempo, al conducir la construcción del Estado mexicano moderno, que ha sido el mayor legado de los gobiernos postrevolucionarios. Fueron esos gobiernos los que crearon las instituciones fundamentales del México actual: El Banco de México y su papel como garante del sistema financiero mexicano; el Seguro Social y el ISSSTE, proveedores de seguridad social para millones de mexicanos; la autonomía de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, para ampliar las oportunidades para nuestros jóvenes. PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad, que han llevado energía y progreso a cada rincón del país. El INFONAVIT y su vasto programa de vivienda de los trabajadores; INEGI, quien, con sus estadísticas e indicadores clave, permite diseñar mejores políticas públicas. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, garante de la dignidad de los mexicanos; el Instituto Federal Electoral, hoy INE, árbitro de la vida democrática nacional. Y, por supuesto, la lista podría continuar. Mencionar estas instituciones es rendir homenaje a generaciones de mexicanos visionarios y patriotas, los constructores del Estado mexicano. Es rendir homenaje a las mujeres y hombres del partido de la revolución. El ideario de la Revolución Mexicana, la primera revolución del Siglo XX, está vivo y seguirá estándolo porque está consagrado en nuestra Constitución, y porque los priistas siempre lo defenderemos. Los principios y los fines establecidos en la Constitución han permanecido, pero hemos actualizado los medios y los instrumentos para hacer realidad esos fines. Por eso, estoy convencido de que el PRI seguirá siendo el gran actor de la historia de México. Somos los que a cada paso construimos una mejor nación. En marzo de 2013, en otra trascendental Asamblea Nacional del PRI, la 21ª, los priistas decidimos ver hacia adelante. Nos comprometimos con las grandes transformaciones que requería el país. En aquel encuentro, mandamos una señal muy poderosa de que el PRI no había regresado a la Presidencia sólo para administrar, sino para transformar. Muchos observadores, dentro y fuera de México, cobraron conciencia de la firmeza de nuestra voluntad, del valor de nuestra palabra, de la eficacia de nuestro trabajo político. Al renovarse a sí mismo, el PRI demostró que estaba listo para renovar al país. A partir de esa convicción compartida, los priistas emprendimos la tarea de transformar a México. Advertimos que no habría intereses intocables. Y hemos actuado en consecuencia. Y, por eso, México es hoy muy distinto al que hace cinco años. Hemos realizado los cambios más profundos que el país haya logrado en décadas. La amplitud y profundidad de estos cambios son fiel testimonio del talento y el oficio político de las y los legisladores de nuestro partido. Sin nuestros Diputados locales y federales, sin nuestras Senadoras y Senadores, no habría sido posible la transformación de nuestro marco jurídico. En estos cinco años, hemos trabajado a favor de la seguridad con una mejor Policía Federal, con la creación de la Gendarmería; con un mecanismo de alerta único en todo el país, como el teléfono 911; con una mejor coordinación entre instituciones del orden Federal y las de éstas con la de los órdenes estatales, y destaco en este ámbito la valiente labor que realizan, con patriotismo y lealtad a México, nuestras Fuerzas Armadas, en favor de la seguridad de las familias mexicanas. Los priistas les reiteramos nuestro mayor reconocimiento. Hicimos del combate al hambre y a la pobreza una prioridad de Gobierno. Y hemos avanzado en el abatimiento de las carencias sociales, como no se había hecho en años anteriores. El Estado recuperó la rectoría plena sobre la educación pública. Estamos realizando una inversión sin precedente en la infraestructura de las escuelas, y hoy tenemos un nuevo modelo educativo, para que nuestras niñas, niños y jóvenes aprendan a aprender. Hoy, nuestra economía crece con estabilidad, a pesar de la caída en el precio del petróleo, del cual dependían de forma significativa las finanzas públicas del país. En efecto, hemos logrado que nuestra economía crezca de manera sostenida. Se han creado casi tres millones de empleos formales, dos y media veces más que en el mismo periodo de la Administración pasada, y tres veces más que en la antepasada. Y el poder adquisitivo del salario mínimo ha tenido una recuperación real de 12 por ciento. Nuestros compañeros de los sectores obrero, campesino y popular lo pueden confirmar. Sin duda, éste sí ha sido el sexenio del empleo. El sector energético volverá a ser una fuente de desarrollo, y PEMEX y Comisión Federal de Electricidad están recuperando su fortaleza para mover y transformar a México. El desarrollo regional se ha beneficiado de cifras históricas en los sectores de infraestructura carretera, de salud, de vivienda. El turismo y la producción de alimentos, también alcanza cifras históricas. La y los gobernadores, presidentes municipales y legisladores, aquí presentes, son testigos y activos partícipes de estos cambios positivos que están llegando a todo el país. Todo esto ha sido posible, a pesar de un complejo entorno internacional; en particular, en nuestra relación con los Estados Unidos. Hemos actuado con claridad y firmeza en la defensa de los intereses de México. El Gobierno de la República ha sentido, en todo momento, el respaldo y la unidad priista. De todo esto, habré de dar cuenta al país en el informe que rendiré dentro de tres semanas. Lo digo con orgullo, con mucho orgullo, los priistas somos factores de cambio positivo, de prosperidad y de progreso para la sociedad mexicana. Pero nuestra labor no ha terminado. Si bien hoy México avanza de manera positiva, aún hay mucho por hacer. Y de eso, de pensar hacia adelante, de pensar en el México de las siguientes décadas, se ha tratado ésta 22ª Asamblea. Una asamblea abierta, plural y autocrítica. Celebro el gran trabajo que han realizado más de 390 mil priistas para llegar a este punto. Nuestro partido es diverso, tiene muchas voces. Y la asamblea permitió que todas fueran escuchadas y tomadas en cuenta en la actualización de nuestros documentos básicos. La visión de futuro nos habla del México que estamos construyendo. Un México que hace suyo el desarrollo sostenible y la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres en la vida política, económica y social del país; que cuida el medio ambiente y que lucha contra la desigualdad en todas sus expresiones. Con la declaración de principios, aprobada por esta Asamblea, el PRI ha renovado su vocación popular y su voluntad de seguir siendo protagonista de la transformación de México. Por su parte, el programa de acción plantea, con responsabilidad y seriedad, respuestas concretas a las demandas de la sociedad mexicana. Cada sector: obrero, campesino y popular, y cada segmento de la población: jóvenes, mujeres, adultos mayores, deberá beneficiarse de la nueva agenda política, que el PRI habrá de adoptar con base en este programa En todas las mesas de esta asamblea se discutió uno de los mayores retos que enfrentamos: la corrupción y su manifestación más indignante, la impunidad. Ante casos individuales de militantes que se alejaron de nuestros principios, hay quienes pretenden denostar a todo nuestro partido. Lo dije en marzo de este año y lo reitero de manera categórica: quienes han traicionado la confianza de la gente y de nuestro partido, deberán enfrentar las consecuencias de sus actos. Y así está sucediendo. Hemos actuado con firmeza y sin contemplaciones frente a quienes han violado la ley. Pero el reto va mucho más allá. La verdadera tarea es atacar la impunidad en todas sus manifestaciones y construir, día a día, un genuino Estado de Derecho. Por eso reconozco y agradezco, en nombre de todos los priistas, el trabajo de esta asamblea en materia de rendición de cuentas y código de ética. En gran parte del mundo las expectativas ciudadanas y el debate público se han transformado. La confianza en las instituciones, en la apertura económica y en la globalización, se ha debilitado. Es cierto. Hoy la política y los partidos son cuestionados. Pero es aún más cierto que en la historia de la humanidad ningún gran cambio positivo ha sido posible sin la política. De ahí la importancia de la actualización de nuestros estatutos, que nos abre a la sociedad y nos acerca a los ciudadanos, a quienes nos debemos en todo tiempo; y, también, consolida al PRI como la mejor plataforma para que militantes y simpatizantes puedan servir a su comunidad, puedan servir a México. Los cambios que hemos aprobado nos ponen al día, nos dan competitividad y nos fortalecen, frente a los retos electorales que habremos de asumir. Nuestro partido está listo para lo que viene. La ventaja de nuestro partido sobre las otras opciones es evidente. Mientras nosotros asumimos con valor y visión un mejor futuro para México, hay quienes pretenden regresarlos al pasado, le apuestan al caudillismo, a la subordinación de los aliados y a la división de los mexicanos. Mientras el PRI confirma su capacidad para dar resultados, otros, por su falta de experiencia y sus conocidos fracasos de gobierno, disimulan su impericia con estridencias e incongruencias. Mientras que nuestro partido reafirma su compromiso con las causas de México, otros han optado por abandonar sus ideales y prefieren negociar posiciones antes que defender convicciones. Nuestro partido actúa con la mirada puesta en el México del mañana. Con entereza y determinación abrazamos el cambio, la apertura y con ello el futuro. No es el apego a dogmas o doctrinas lo que define a un verdadero revolucionario, sino la capacidad para transformar la realidad, para que los más altos ideales de la humanidad cobren vigencia en nuestra sociedad. En esto consiste el carácter revolucionario y transformador del PRI. Señoras y señores delegados: Hemos establecido los cimientos de un país más justo, más próspero y más fuerte. La obra tiene que continuar. Construir una mejor Nación nunca ha sido fácil, pero esa es nuestra vocación como priistas. Nuestra historia así lo acredita y demuestra. El PRI no se intimida ante los retos. El PRI es un partido audaz, valiente y resuelto. Debemos mantener la convicción de nuestras fortalezas y hacer valer la fortaleza de nuestras convicciones. Nuestra responsabilidad en esta coyuntura es clara: estamos llamados a defender las instituciones y a consolidar la unidad y estabilidad de nuestro país. El PRI se presentará a la elección de 2018, después de haber impulsado con éxito la transformación del país. Hemos asumido costos en el camino, los costos naturales de habernos atrevido a cambiar y mejorar las cosas. Esto es, precisamente, lo que nos da autoridad moral para salir nuevamente a reafirmar la confianza ciudadana. Nuestros adversarios buscan confundir a la sociedad, pero los mexicanos no se dejan engañar, porque son testigos de que el país gradualmente está avanzando. Los mexicanos saben que lo bueno cuenta y cuenta mucho. En 2018, estarán en juego distintos futuros para nuestro país. Uno, de progreso que ofrece el PRI y, otros, de franco retroceso. Los priistas estamos llamados a proteger, a cuidar y defender lo que entre todos los mexicanos hemos construido. Tenemos que dar la batalla por el futuro de México, porque México es responsabilidad de todos. Y esa responsabilidad, compañeros de partido, inicia por preservar la unidad al interior del PRI: unidad para servir, unidad para ganar. Cerrar filas dentro de nuestro partido es cerrar filas a favor de México. Como soldados de la Patria, los priistas debemos salvaguardar el proyecto de país. Vamos a una batalla decisiva para México. Vamos a la batalla por un futuro que asegure bienestar y oportunidades para todas y todos los mexicanos. Vamos a la batalla con el orgullo de llevar en el emblema de nuestro partido los colores de nuestra Bandera. Y, sobre todo, vamos a la batalla con la seguridad de que México gana cuando gana el PRI. México gana cuando gana el PRI. Demos todo por México, por México, por México, siempre por México. Esa es la convicción del PRI. Gracias. He sido invitado para participar en la clausura de esta asamblea y agradezco esta responsabilidad que se me confiere. Y antes de hacer la declaratoria de clausura de este evento, de esta 22ª Asamblea Nacional del Partido, y antes de que ustedes se retiren, desde aquí quiero enviar a cada uno de ustedes, a cada una de las mujeres aquí presentes, a cada uno de los jóvenes, a cada uno de los hombres de nuestro partido, quienes están alejados de este presídium, quien está en la parte más alta de este lugar, a cada uno de ustedes, a todas y todos los aquí presentes, mandarles un abrazo con cariño, con gratitud y mi reconocimiento por su diario trabajo y su entrega comprometida por nuestra nación. Un saludo cariñoso a todas y a todos ustedes. Dicho lo anterior. Hoy, 12 de agosto del 2017, declaro clausurada la 22ª Asamblea Nacional Ordinaria del Partido Revolucionario Institucional, haciendo votos porque esta tarea, porque este ejercicio de trabajo de esta asamblea, haya renovado el espíritu de combate, de lucha, de convicción, de entereza y de audacia de nuestro partido. Felicidades.
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