De esta gran frontera en las ciudades de Matamoros y Reynosa, se vivió una convivencia diferente, entre recorridos, un zumbatón y concentraciones masivas se pudo sentir un ambiente en donde resaltaba el afecto familiar, esa seguridad que se comparte cuando se está en unidad. En el micrófono y ante el aplauso de las mujeres, el candidato por la alianza PRI – PANAL – PVEM, expresaba “como me gustaría bailar con todas”, y todas aplaudían y levantaban la mano para saludarlo, y él, desde el entarimado les regresaba el saludo con una sonrisa. Mientras los hijos corrían de un lado a otro, Baltazar agradecía la presencia de las mujeres, “de verdad nos da mucho gusto a nombre de Marcela, de mis hijas, a nombre de todos los candidatos, que el día de hoy están con nosotros, queremos decirles gracias, gracias por existir, por estar junto con nosotros y poderles brindar un ratito feliz”. El priista, quien ha puesto a las familias en el centro de su quehacer político y quien desde todos los espacios en los que ha servido al pueblo de Tamaulipas, fue enfático cuando declaró que a la mujer no deberíamos de festejarlas solamente una vez al año. “Ustedes se merecen el festejo de los 365 días del año, con todo mi corazón, todo mi cariño de verdad me da mucho gusto poder estar aquí en Matamoros, aquí en mi pueblo en el mismo lugar y con la misma gente”, dijo. El mejor regalo de Baltazar Hinojosa para las mujeres en su día es el reconocimiento que les hace cuando señala que el mundo se vuelve cada vez más chiquito porque son las mujeres tamaulipecas quienes han podido generar un rostro distintivo a Tamaulipas y les aseguró que ha sido un privilegio estar con muchas mamás, con muchas mujeres, durante toda esta campaña. Para concluir les agradeció todo el trabajo de activismo político que han realizado en todos los ámbitos por lo que hizo el compromiso de trabajar por ellas y anunció que tienen preparados programas muy importantes donde van a participar en los próximos seis años en que Baltazar sea su próximo gobernador de Tamaulipas. Mientras que en las mesas aplaudían su discurso, un mariachi entró para dedicar un amplio repertorio de canciones a las madres presentes; ellas cantaron alzando en el aire el par de rosas blancas que el candidato obsequió a cada una de ellas.